El enfado de los amantes de los animales

Esta semana he escrito dos artículos, "El boca a pico" y "Gordas y calzonazos". De momento el más polémico ha sido el primero, en el que, tras extrañarme de que una señora hubiera hecho el "boca a pico" a una paloma callejera, renegaba de las palomas y sus suciedades. Decía cosas como ésta:

"Lo peor es que la noticia tranquiliza a algunos, pero espanta a otros, pues la pregunta es inevitable: ¿qué hace una señora haciendo un boca a pico a un animalejo inmundo? Admito que mi pasión por las palomas es directamente proporcional al que ellas tienen por mi terraza pero no consigo reporme e insisto: que levante la mano quien haya hecho un boca a pico a cualesquiera ratas voladoras... Yo sé que alguna de ellas me mira con cara de pollo degollado cuando hace frío pero por mucho que me hagan “ojitos” yo las dejo helarse y, aun a costa de ganarme las iras de los ecologistas, he de decir que me alegro cuando ocurre. Ante este amor a primer plumazo, se comprenderá por qué no logro asimilar que una señora se dé el pico con un bicho... Y me pregunto si la señora aprovechó su visita al médico para pasar por la unidad de psiquiatría. Para saludar, nomás".

El texto ha sido criticado por varios lectores como Nuria y Miguel. Nuria me felicita por el "buen alarde de sensibilidad y respeto hacia nuestros congéneres, los animales". Y Miguel, más directo, afirma: "Me dirijo a usted para decirle que posiblemente su animadversión por esos "bichejos inmundos" sea directamente proporcional al de su terraza, pero posiblemente inmensamente inferior al que siento yo en estos momentos por una persona despreciable como usted " por sus frutos los conocereis" y por sus palabras se deduce que usted no es precisamente una buena tipa.."

Tras eso, parece que nunca más volverán a posar su vista en mi columna. Yo, en cambio, seguiré posando mi tecla sobre sus emails agradeciéndoles sus palabras.

Gracias Nuria, gracias Miguel.

Y también gracias a Vicente que ¡¡milagrosamente!! dice leerme siempre: para ti, mi gratitud eterna. Se lamenta Vicente de que muchos columnistas no contestan a pesar de poner su email: "En los comienzos de esta moda, escribí a algunos pensando que ellos deseaban el contacto con el lector. Luego me di cuenta de que lo que pretendían con esto era aprovecharse, sacar partido, bien obteniendo confidencias o bien calibrando el impacto de sus escritos, pero sin ofrecer ninguna contrapartida al incauto corresponsal".

Pues, para que veas, Vicente: no solo contesto sino que habilito un blog donde recojo vuestros mensajes y dejo opción para comentarios públicos.