Fallas y botellón

Han terminado las Fallas y, para mi sorpresa, nadie me ha convertido en "ninot" con tal de quemarme en hoguera pública aunque mi hipótesis es que ello se debe a que la foto del periódico no se ve del todo bien. En cualquier caso, motivos haylos pues el sábado mi artículo El peaje ponía en evidencia a esas Comisiones falleras, como la de mi calle, que parecen olvidar su propia condición de "falleros" hasta la medianoche.

El otro artículo, el de Tarongers, en cambio, sí ha tenido respuesta y una respuesta altamente interesante. Me la manda Ernesto y habla desde su condición de joven nada aficionado al botellón:

"Soy joven prototipo de botellón (...) pero aunque en cierto modo nos estás defendiendo no comparto tu punto de vista en muchas cosas que me parecen, con todos los respetos, equivocadas. La ciudad de Valencia será festera y ofrecerá expectativas de futuro, de jolgorio y ocio con tantos eventos, no lo dudo, pero en todos ellos hay y se ve una enorme carga de trabajo, planificación y esfuerzo que es palpable y evidente (...) Los eventos que mencionas ofrecen opciones de voluntariado de las cuales yo ya soy participante. Sorprendente el número de personas inscritas así como las eficientes gestiones de la organización. (...) No hay excusa para el que no quiera verlo o reconocerlo así y entre éstos te incluyo con todos los respetos. No hay mas ciego que aquel que no quiere ver. Me parece irresponsable además de ignorante echar la culpa del botellón a la imagen dinámica de una ciudad que crece".

Estupenda manera de discrepar: con seriedad, argumentos y educación. Gracias, Ernesto.